martes, 3 de febrero de 2015




Lo que desencadena nuestra ansiedad y el grado de intensidad de la misma es lo que nosotros realmente creamos acerca de lo que nos produce esa ansiedad; y experimentamos más, o menos ansiedad,
en función de lo peligroso que nosotros consideremos el asunto que nos alarma o preocupa.

 
si en un momento dado hemos experimentado sensaciones que nos han parecido peligrosas, alarmándonos y creándonos incluso pánico,
podremos cambiar lo que creemos de ellas aprendiendo a
observar con atención esas y otras sensaciones y lo que de
ellas pensamos. En la medida que esto suceda, cambiará
nuestra percepción de las mismas y nuestro temor hacia
ellas disminuirá, pudiendo incluso desaparecer por completo.


Otra opción es intentar afrontar las situaciones en las que
se manifiesten dichas sensaciones, e intentar observarlas
con atención, sin huir ni luchar contra ellas, de modo
similar a como se aconseja en las distintas prácticas

 
En esta práctica tiene especial relevancia aprender a
observar, con mucha atención, la sensación o sensaciones
que tememos, mientras se manifiestan en nosotros. Al
hacerlo, deberemos ser capaces de tolerarla; de no
evitarla, de no huir ni luchar contra ella. Nuestro esfuerzo
debe consistir en aprender a ser capaces de hacer esto.
Para ello, a su vez, estaremos muy atentos al pensamiento
que a buen seguro surgirá en nuestra mente alertándonos
de lo peligroso que es para nosotros experimentar dicha
sensación o sensaciones.


Enfrentar nuestros temores con ejercicios de inundación o exposición a las situaciones temidas y guardando la calma ,controlando y aceptando ese sentimiento como algo normal ,sin realizar estrategias para reprimirla o negarla , tolerar el sentimiento



 
 

 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario